martes, agosto 16, 2005

No coma sus excrementos en presencia de otros

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I. Tengo un vecino "chichista" con el que a veces platico, mientras lustra sus autos, con actitud enérgica. Como Carlos Messina, se las "sabe todas", y es generoso con sus "precisas": –Lopez Murphy y la Carrió atacan al gobierno pero sin artillería pesada. Hoy por hoy, hacen más daño, Tino y Gargamuza–. Carlos Messina II: puede caminar durante días con una pierna rota, pero es incapaz de soportar una lágrima de barro en el chasis. El feriado avanza, ¡ay de quién alberga feriados!

II. Propaganda japonesa de la Segunda Guerra Mundial: "Soldado Americano: ¿Aun estás vivo? ¡Que milagro! ¡Y encima marchas! ¿Pero a dónde? ¿A las Filipinas? ¿Pero sabes que te espera en las Filipinas? Déjame decírtelo: tu tumba. Pero veamos el lado positivo. Estás marchando hacia al Oeste, donde se pone el Sol. Eso aparecerá en tu epitafio."

III. Vibraciones residuales de paranoia bañadas con el chocolate más amargo del mundo. "Campo Santo", confesión del "ex-cabo talabartero Ibáñez, perejil y medio mitómano", sobre su actuación en el "El Campito", acaso el peor de los centros de detención ilegal de los 70. [gentileza de Border]. Muy poco lugar para el chiste o la metáfora, y bastante para la descompostura. La mística de la destrucción total. La multiplicación de ningún lugar. El problema de la sangre cuando se seca. Leí unas 20 páginas y no pude más. No es un episodio de Star Wars, sino la historia argentina reciente. No recuerdo texto más denso en mi vida. Difícil situarse en el estado mental de alguien que lo haya vivido. Muy difícil. Si está muy eufórico o cree que su vida es un infierno, dele un vistazo. Es probable que usted sólo posea un tibio infierno para aficionados, un cielito lindo donde juguetea una nubecita llorona.

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