martes, agosto 10, 2004

Mi mujer no quiere que tenga novia

Aunque es más propensa a la tolerancia con mis amigas bidimensionales J.P.G., G.I.F., R.M. y M.W.M. ¿No tengo salvoconducto alguno? Un artista en semilla necesita criar ratones, hámsters, y otros rátidos del sistema neuronal.

Por ejemplo, Anastasiya, una jugadora del seleccionado juvenil ucraniano de vólibol, va en camisón y zapatillas por Córdoba, la ciudad de las cruces y los cementerios. En camisón y zapatillas por la gran ciudad...tiene que ser una variante de sonambulismo. Su caminata se termina cuando la atropella un Rastrojero turquesón del 60 -"el auto justicialista"-, un cacharro precámbrico que tiene el agravante de estar injertado con un chasis de Ford 37.

Mientras un grupo minúsculo de fantoches alla grapa espera la llegada de la ambulancia, alguien revisa los bolsillos de la volibolista para contactar a familiares o conocidos. Entre escasas notas en cirílico, rescatan un teléfono anotado en un recetario.

- ¿Hola? Obtuve este teléfono de entre las ropas de una chica rubia que parece extranjera...ha tenido un accidente ¿usted la conoce?-
- ¿Tiene tierra en las suelas de los zapatos? -
- ¿Perdón??-
- ¿Si tiene tierra en las suelas de los zapatos?..-

La persona que ha llamado está un poco desconcertada por la contrapregunta. "¿Tierra en los zapatos?". Decide ante la duda, certificar este punto. Deja el teléfono y va hasta donde yace la chica tirada. Se agazapa, para luego huir como espantado por una cobra cuando ve unos raros dibujos en la suela de las zapatillas de la accidentada. Huye primero al trote y luego a la gran carrera y en zigzag.

Del teléfono descolgado escuchamos:
-¿Y? ¿Tiene tierra en los zapatos?-

Ya se escucha el ulular lastimoso de la ambulancia.


Quiero estar en tus circadianas.

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