Allá viene tu príncipe con la cara azul
Se llama Sergei, y debería estar en la nave que va a Mercurio. Pero no, está aquí en su bar de máquinas de hielo vistiendo el mismo saco desde 1962, con olor a Blem. Administra la risa de foca de Valeria Mazza, a discreción. Tiene un ceño casi perpetuo. Su rostro recuerda a una falsa pata de jamón crudo colgando de un bodegón asturiano.
Todo embona [todo encaja]. Beto, su guardaespaldas, está ebrio frente al juego de pintamonos y el M-16 mal disimulado. Necesito un instructivo para interpretar su cara. En una primera mirada, luce ojillos de cerdo y orejas de elefante.
En la barra, el DJ coloca una púa con delicadeza sobre el LP y se queda contemplando la tapa del disco, mientras la música tensiona el ambiente.
Finalmente, ingresa la paloma blanca, Lupita, con el pelo recién planchado. Parece una princesa fosforescente entre esa tropa de irregularidades de la naturaleza. Sabe que mi encuentro con Sergei, le quitará unos ladrillos de encima.
Sergei se dirige a mí con sus erres fuertes:
- ¿Trajiste la receta? [El soviet me exige una poción mágica vudú para recuperar a una mujer que le "pertenecía"].
- Así es. Pero ya sabes, no hace milagros. Te la dicto porque no sabes leer:
Carga: Garabato de guayaba / Garabato de rasca barriga / Levántate o salta perico/Casa de avispa / Amansaguapo/ Tierra escarbada por un perro/ Tierra del frente de una cárcel / 7 frijoles caballeros/ Este Eshu lleva mono, y se cubre con mucha pata de gallina/Come Dundun
- ¿Eso es todo?
- Todito. Creo que además te puede servir con tus problemas de erección. ¿Los 10.000 rublos?
- Vete de aquí antes de que te dé 10.000 patadas en el culo. Mi pago es que puedas retirarte caminando de este pueblo.
- Muy bien.
Era mejor retirarse, en ese contexto. Conociendo las maniobras arteras de Sergei, omití un elemento de la poción yoruba-bakongo. Faltaba un frijol. Sin esa endemoniada alubia, la receta funciona como la mona, prácticamente al revés. Los zombies se irritan de sobremanera y no paran hasta buscar el frijol en las entrañas de quien los convoque.
¡Sergei, tanto lío por una mujer!
Ojeleboro, Olomo y Oronposhe Ireke de Emergencias Sierra Leona salen a atender a un paciente con dolor estomacal.
- Sofisticado juego darwiniano de combinaciones de colores.
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