El verdadero misterio del mundo es lo visible, no lo invisible
Ya no soy lo suficientemente joven como para saberlo todo, pero supongo que el derecho a la intimidad se evaporará en unos pocos años, tal como volaron a la mierda los tabúes victorianos sobre la sexualidad. No me parece un derecho por el que valga la pena pelear.
Con chips nadando en el cuerpo, con puertos USB paso a paso, centímetro a centímetro, superconectados, iremos disolviendo barreras moralizantes como la personalidad y el yo. "Yo" podré ingresar en "ti", y tu en "ellas", y "ella" en "él", todos en todos. Al fin de cuentas, la mayoría de las personas son iguales, y los demás, no tan distintos. Nuestros pensamientos son los pensamientos de otro; nuestras vidas, un acto de mímica; nuestras pasiones, citas célebres.
No habrá discos rígidos. Compartiremos cerebros blandos, incluso corazones rígidos. Hasta que quedemos finalmente rígidos, si es que se impone la presión de la capital de la ciencia ficción, el Vaticano, sobre el avance científico.
Tuve una epifanía cuando volvía de una desganada sesión de fierros. Lo que Borges le critica a escritores como Horacio Quiroga o Hemingway -los escritores "realistas" que describen "las cosas tal como son", sin engañapichangas del lenguaje, sin metáfora, con crudeza- es que, ingenuamente, sólo pinten un cuadro pobre de la realidad. Una fantasía, pobre.
Cuando uno dice: "un perro caga frente a Chungo" -y esta frase entretiene más que cualquiera de las que propone Quiroga- no está describiendo la realidad, está acuchillando la realidad. Está construyendo una realidad parecida a una casa prefabricada, no a una iglesia gótica de Gaudí. No hay que colaborar en la construcción de realidades miserables. No hay que bajar. No debería tolerarse un estado diferente al enamoramiento, ¡arriba de las nubes y el cielo!
Por lo tanto, bienvenido Alexander Eiffel, bienvenida Sagrada Familia, bienvenidas sirenitas con antifaz descruzando las piernas, bienvenida Helvetica Inserat, bienvenida Vanity Fair (La Fiesta de la Vanidad), bienvenidas valkirias del Nostromo, bienvenidos, demasiado bienvenidos.
Sino, cuando los dioses quieren castigarnos, responden a nuestras plegarias.
¡Hola Chow tonto! La piel del lemur, refleja el cielo en el verano, cada verano.
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