No hay mujer por más mala que sea que indirectamente no nos haga algún bien
Entre los mil y un resortes y engranajes de que "puede" componerse el alma femenina [nótese el "puede"] rescato los personajes mitológicos de la Lamia [monstruo de forma femenina predadora de humanos] y Lilith [femme fatale, amante del Diablo, el Diablo mismo según el Zohar], usualmente entremezclados.
Pese a esta chocante presentación, cito extractos de Robert Burton en su Anatomy of Melancholy cuando alude a la seducción de los phantasmata :
"Fenicia de nacimiento.." , "invita al hombre joven a beber un vino jamás probado", .."más Apolonio descubre que su mobiliario, como el oro de Tántalo, no tiene substancia alguna sino meras ilusiones".."y cuando ella se ve así descripta, se echa a llorar y se desvanece en el aire".
Por su parte el mito griego de la lamia aclara:
"Lamia era una mujer hermosa a quien Hera le quitó los hijos por celos, ya que había sido amante de Zeus. En venganza, Lamia comenzó a robar y asesinar a los niños de otros. Se volvió una criatura espantosa. Cómo Hera la condena al insomnio, Zeus le da a la Lamia la capacidad de quitarse los ojos a voluntad para poder dormir".
Posteriormente la Lamia será un vampiro que seduce a hombres jóvenes como se ve en el Fausto de Goethe y en el poema "Lamia" (1820) de Keats.
¡Es el aroma del ajo que emana de mis dedos de chocolate!
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