Y como la muñeca era tan linda y había costado sus buenos pesos, la nena nunca pudo jugar con ella
Si la mujer es un artefacto diseñado para atraer, luego le basta rodearse de algo mínimamente interesante para volverse irresistible.
La princesa fenicia Jezebel 875 A.C. ["la princesa de la alienación"] encarna a la primer espía de alto voltaje, pasando mensajes con su ejército de eunucos, infectando el reino de Israel con paganismo y adoración a Baal ["dueño"]. En su última y profética hora esos mismos eunucos la arrojarán de una ventana, no sin que antes la princesa se pinte la cara [símbolizando decepción].
De niña Mata Hari ["ojo del alba"], encandilaría a sus compañeros de colegio con ropas glamorosas e historias fraudulentas de antepasados ilustres. Alcanza notoriedad años después como bailarina de danzas eróticas javanesas, envuelta en chales. No menos legendaria se vuelve su capacidad para encantar a los hombres. A los 40 años vive el amor de su vida, en Paris, con un oficial ruso de 21 años, un tal Vadim quien sufre gravísimas heridas en el frente. Buscando solventar a su amado que corre riesgo de ceguera, Mata Hari se involucra con el contraespionaje francés.
Termina espiando tanto para alemanes como franceses, hasta que es detenida y condenada a muerte.
Frente al pelotón de fusilamiento, con frente alta rechaza usar la venda para los ojos. Se despide de los 12 fusileros que le apuntan enviándoles un beso.
Vos vas a ver abrirse, todas mis armas de araña.
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