El suelo bajo sus pies
Vulgarmente se lo conoce como "las vueltas de la vida". Científicos de la Universidad de Pennsylvania acaban de anunciar la teoría de que el desarrollo lobular y la subsecuente inteligencia humana serían producto de un error o mutación genética en la producción de la proteína que hace crecer las mandíbulas [tal mutación no se encuentra entre el 98% de los genes que el ser humano comparte con los chimpances]. La inteligencia resulta así de un problema de espacio, generada a partir de una insuficiencia.
En otro terreno, tenemos a Salman Rushdie, otrora condenado a muerte por la fatwa impuesta por el Ayatollah Khomeini, vivo, famoso y recientemente casado con la modelo india Padma Lakshmi; y a Khomeini muerto.
El libro del apóstata [alguién que conoce la "verdad" y luego la abandona] que inspirara esta crítica literaria desmedida [el asesinato del escritor], "Los Versos Satánicos", se torna un best-seller y catapulta a una fama especialísima a su autor por obra de sus partes fuera de lugar o jodonas según la óptica.
El libro comienza con dos actores indios, Gibreel Farishta [Ángel Gabriel en Urdu] y un tal Saladin Chamcha, abordo de un jet que repentinamente explota [por terroristas que han secuestrado el avión] y caen sobre el Canal de la Mancha [tienen una entretenida conversación mientras se van a pique; la metáfora del caer y de los ángeles caídos se repetirá a lo largo del libro]. Una vez en tierra, Gibreel delira que es el Ángel Gabriel y a Chamcha le salen cuernos [como los que tiene el diablo]. En ese estado esquizofrénico Gibreel ironiza, entre otras cosas, burlonamente sobre los orígenes del Islam, etcétera.
Hay muchas asociaciones para hacer: con el Ulises de Joyce ["Joyce creó un universo entero a partir de un grano de arena"], con la reciente jihad en Europa, y todas las que se nos puedan ocurrir. Lo que no se le ocurrió al Ayatollah es que una promesa siempre se puede amputar.
El último regalo de Khomeini.
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