Si Chabán no es el chivo expiatorio, todo se complica
La fascinación por un "artissta" que lucra en la noche con grupos suicidas. La fascinación que ejerce una mujer fría. La fascinación que ejerce una mujer con cara de mal cogida. Chabán debiera estar haciendo mermeladas en El Bolsón. Pero no. No se retiró a tiempo. Siguió jugando a la ruleta. Estuvo 20 años organizando recitales con mal sonido, con grupos marginales y con malos polímeros. No se esperaba que en el año 21, explotaría su bote de basura.
Ahora espera, la diaria llegada de lanchas y linchas, portando una campanita de chivo. ¿Recibe a sus invitados haciendo una gran actuación de vanguardia o está realmente conmovido? [cómo esas propagandas de cigarrillo, "¿Tornillo u oportunidad de levante?"]. Chabán será enviado a lugares cada vez más remotos; a alguna casa tipo Heidi en montañas infranqueables vigiladas por cocodrilos voladores.
No creo en las cárceles de la mente.
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II. The Banana Man me parece el payaso más extraño del mundo. Transcribo uno de sus tantos actos..."The Banana Man, lleva un violín y camina vestido con traje suizo alpino: larga cola, saquito verde, sobrero con pluma y corbata roja. Cuando empieza a tocar ve una mancha en la corbata. Se la trata de sacar pero lo que logra es que toda la corbata desapareza. La corbata ahora aparece pintada en su camisa. Luego, ocurre lo increíble, ¡el violín que The Banana Man ha estado tocando se empieza a encoger!"
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II. ¿Qué ves en la mirada de Alf? ¿Qué hay de bueno en la escritura de Saer? Cada vez que leo un párrafo me dan ganas de volver a derribar las Torres Gemelas. Es como Cortázar: un tipo inculto, pretencioso y que desconoce la sintésis. Debería haber sido linesman de fútbol, no escritor. Saer; como mujer que finge, no estar esperando. Sus ojos de papas de noisette, matarían por una pizzeta.
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