OK, estuve de paro en parte por mi gran actividad en foros de hackers porno esta semana que pasó. Ya estoy de vuelta con un modo mental que denominaré "veloz". Una teoría que improviso diría que ciertas cosas sólo pueden verse en velocidad [como las publicidades en los túneles del subte que ven los pasajeros a medida que el subte avanza entre los cuadros estáticos [allí se forma la película]. Esta, la velocidad mental, es la única que me interesa, aunque no vaya a más de 80.
Cuando estoy leyendo una página, leo todas las palabras sin darme cuenta antes de llegar a ellas. Asi es que me encuentro, contestando mails a clientes, usando los mismos recursos que ellos [un "c´est-la vie", que juzgo original para la situación pero que estaba en el fondo del mail que me habían mandado, etc.]. No sé que utilidad benigna puede tener este fenómeno. [Sería algo así como que uno percibe más de lo que es conciente]. Otra cosa que me ha pasado es leer los carteles de una manera distinta. Ej donde dice "Banco Cohete, el banco de la gente", leo "Banco Cohete, le toma el pelo a la gente".
I. Hipergrafia , la sufría Dostoievsky, una necesidad incesante de escribir asociada a la epilepsia del lóbulo temporal [o la presión sobre el lóbulo]. Van Gogh producía un lienzo cada 36 horas. Tenemos esas 100 canciones de Calamaro en un año. "Mr. Hyde & Dr. Jeckyll" de Stevenson, son 6000 palabras en 6 seis días con un valijín de cocaína. ¿Y si nos hacemos un vuelo con Southern Winds?
Keats tenía una técnica más barata: cuando no le salía una palabra, paraba y se ponía su mejor traje.
Bueno ¿qué mueve al ser humano a crear? Hay cierta conexión entre depresión y escritura [hay una buena medida de artistas depresivos prolíficos] Luego está el sistema límbico. Más de un artista reconoce que las cosas funcionan mejor si hay cierto "desbalance mental". Ahora bien, el escritor hipergráfico no quiere curarse. A diferencia del escritor bloqueado [el hipergráfico no puede parar, el bloqueado no puede arrancar], el hipergráfico no sufre por ello.
[Click to enlarge]Si querés llorar, reí.
"Conociéndonte,
co-no-cieeeen-do-te,
en la puerta trasera
del geriátrico..."
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