La queja usual del viajero banana en Singapur es que la ciudad es demasiado ordenada y limpia. A tal punto que está prohibido entrar con chicle al país. Policias de civil aguardan agazapados en las aceras que algún peatón cruce la calle por fuera de las liñitas para cruzar, y poder aplicarle una fuerte multa.
Singapur es tan limpia que en sus cloacas no hay ratas: hay gatos. Han infestado de gatos el sistema cloacal para eliminar las ratas. No es extraño escuchar maullidos a a través de las alcantarillas.
I. No estoy acá. Estoy en la jungla juntando mangos. Uy, yu, yuy, allá viene Raquel Welch.
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Problemas con la marca "No Problem". Mercado chino de Bangkok, me topo con la marca de jeans "No Problem", el nombre está aprobado, pero el logo de un signo de pregunta cruzado termina por confudirlo todo.
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El análisis de Bob fue exigente en Ubud [fondo de "paddy fields", arrozales] Ji, ji, ji, soy una hoja en la viña del tiempo.
II. ¿Que tal ver unos comerciales estonianos del 70? El ganador es "Kanahakkliha" donde fracasan en querer vender una pasta de gallina como algo comestible.
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Una de las cosas que queríamos evitar era caer en el dentista en Camboya. Por eso antes del viaje prácticamente nos pusimos una dentadura nueva cada uno. De todas maneras, como se aprecia en la foto, todo parece estar en su lugar.
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