martes, octubre 19, 2004

Todas las sillas están demasiado altas


Como podría haberlo dicho Freud, todo transcurre en otro escenario.

I. Uno instintivamente dice "¿qué haría yo en su lugar?", pero esto es imaginar que los demás son una versión diferente de uno. Asi reducimos el problema hasta destrozarlo. Peor aún, "¿qué haría yo en mi lugar?" está respondida con permanentes vacilaciones.


Torre, Caballo, Alfil, Reina y Bob. [Y peones inundados]

II. En sus últimos días, los empresarios del teatro vaudeville, le hicieron juicio a Marconi porque la radio estaba matando al vaudeville, cuarto bastante pequeño donde uno pagaba para meterse a escuchar música y locutores. El funcionamiento intrínseco de la Internets -como la pronuncia Bush- se basa en la copia de archivos de todo tipo. Uno, en calidad de factor desconocido de la escritura, tiene que anticiparse a las nuevas reglas de distribución de textos.

III. Se conocen casos de sonámbulos que manejan, y casos de asesinato sonámbulo. El New Scientist nos informa ahora del caso de la esposa que sonámbula tenía sexo con los vecinos.

IV. Una página sobre chascos, en algunos casos extremos [como la guillotina a la que se le rompe la piola].

V. Preguntas para el programa en donde 5 trolos aconsejan a hombres excesivamente torpes -del tipo de los que se quedan con la oreja de una taza en la mano- [yo pertenezco al grupo que destroza la taza completamente]: ¿Qué podrían aconsejar a la mujer 5 mujeres patovicas? ¿Habrá una dictadura gay? ¿Y qué pasa con orgullo asexual: ni gays ni heteros? ¿De qué estarían orgullosos?


Los masticables de menta son una idea de Lúcifer

Aquí aterrizan los rumores de mi pensamiento. El aeropuerto está muy Bussi. ¿Y si nos apretamos a la amiga pata que acompaña para facilitar el levante? Avioncito de papel hecho con hoja de la revista "Vosotras" se queda atascado en las tipas del Boulevard Olleros, cerca de la ropa que lanzó la Padrón. Los que paladean helados merecen conocer un gulag siberiano.

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