jueves, octubre 07, 2004

La falicidad es un sandwich de tomate

La mayoría de las veces uno encuentra los argumentos para no poder hacer lo que quiere. Justificación de prostituta.

Las motos que roban relojes Rolex en "La Veneciana" de Olleros atacan siempre a las mismas mesas: las que están en la esquinita donde no puede estacionar un auto que bloquee el rápido manotazo de los cacos. La fuga es siempre por la misma senda: hacia la veloz Libertador o se van a hacer footing al parque de Palermo.

El cartonero killed the botellero. Bajo la luna Caribe, lee una revista "El Gráfico" extraída de la basura, fumando una colilla recién levantada. A cuatro pies de distancia, conductor de Audi, amargado por la derrota en tenis. ¿Dónde está la leche en botellas color verde o color "Durax"? ¿Dónde están las "bolsas de los mandados"? ¿Por qué ya nadie cuelga banderines en la pieza? [Gracias Mmm, por estas maravillosas flexiones de brazos].



Mona con navaja!. Siguiendo con los monos fui rechazado en Monobrow.com [portal de los cejijuntos, patriarca: "Beto" de Plaza Sésamo], por que mis cejas no se unen profesionalmente. Probaré en dientitos de conejo.com a ver si tengo mejor suerte.

La gente que se hace un tiempito para comer helados es perversa. La gente que lambetea helados mete miedo. Deberían hacer un tratamiento con el desinteresado doctor Kalina. La gente que "sale a tomar un helado" usa la camisa bajo el pantalón. Cuidado, ¡se vuela! Lambeta, lambeta, se debe reeditar el inicio lúbrico Luis XV de Cha-Cha-Cha, pero en una heladería. Viejitas, niños gordos y otras boyas humanas arrodillados ante San Frutti di Bosco. Sólo Lanata, Casero, Michael Moore y Frank Black tienen mi permiso para comer helados.


Un Lada Rider, la tercera pata de tu felicidad. Y aquí el gran valor que maneja un Lada en la actualidad.

Cuando te vi quise ser alguno de estos chabones que desarrollan técnicas para huir de las abejas.

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