miércoles, septiembre 08, 2004

Los ojos de un camaleón parecen rotar

1) Es posible que en música se hayan agotado las combinaciones de acordes que producen una sensación de placer [el placer está en líneas generales dado por incrementos y descargas de tensiones, como es el caso de la relación sexual]. Quizás nunca más pueda haber admiración genuina ante un diseño gráfico. O ante un sombrero. Es factible que las tramas de los cuentos ya se hayan repetido demasiadas veces y no admitan sorpresa ni interés intenso por conocer su desenlace. Ninguna doctrina generará devoción.

Es posible que lo peor de la humanidad aún esté por llegar.

2) La galletita surtida perdedora con forma de uña me arañó la cara.

- ¡Ah, ah! ¿A mí es a quien quieres? ¿A mí? -
-¿Para qué está el troquelado si vas a cortar por donde a vos se te ocurra?-

Entiendo que un insecto royó su cerebro y dejó poquito. Prefiere que la "aniquile" con un arma aprobada por la convención de Ginebra. A unos escasos metros, las chicas hippies bailotean y el aroma a azúcar negra y miso flota en el aire. Más adelante, un cementerio pastoreado por gallinas. Así que tu eres el Hada Perversa...¿para qué es esa varita?


Serpientes rotativas de Akiyoshi Kitaoka

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