miércoles, septiembre 22, 2004

Leticia Brédice me mira a través del ojo de una galletita

Cuando me dejaste escribí tu número de teléfono en las paredes de los baños. Nunca hallé el logaritmo de esa relación. OK soy viejo y como lechuga como las tortugas. Y añoro el puntito blanco del televisor Zenith blanco y negro al apagarse. Ya no quiero más aparatitos, formatos, codificaciones, ni mayor velocidad de conexión. Acaso debí hablarte con subtitulados. No sé las palomas, pero los loros no comen directamente del piso. Se sirven con la pata derecha y mastican mirando el mismo horizonte que miraba Kwai Chang Caine.

Ahora andás con uno que lleva un tatuaje que reza: “Esclavo de Satán”. Imagino que a la mañana se desayuna con frases como:

- “Me gusta el olor a napalm en la selva, al amanecé”-

Prueba superada. Descanso recluta ¡Ar! ¿Ahora cómo es que un hombre tan rudo puede atender un tienda de productos macrobióticos? Da la impresión que Dios le da consignas exclusivas. Yo espero que sea lanzado en la próxima sonda hacia el Sol con toalla, snorkel y una Kodak.

El hacker se coloca el pasamontañas para entrar en acción. Eso es correcto. Ahora, ¿cómo es el tema del tipeo con esos guantes polares?

Petalos en torno a una rosa : El problema matemático en el que se lució Bill Gates. Consiste en averiguar que formula utiliza una máquina para calcular una tirada de dados.

No hay comentarios.: