sábado, agosto 14, 2004

Vivir con vos es como vivir con un pozo de aire

Aterricé a las fifty-five o'clock. Cruzo el jardín con rosas de tres meses y relojes de sol. A través de la ventana ninfomaníaca veo a mi girlfriend, Anita Houdini, haciendo spaghetti en la cocina.

Hija de un fletero, permaneció siendo mi Sputnik por unos cuatro años. Cuatro añitos ligeramente irreales como una pintura de De Chirico. Erecciones obelísticas, escenarios que tendían a volverse astrales, ¿estiveches ali?.

- ¡Celoso!, ¿pero celoso de que?-

No me parecía correcto que una mosquita muerta, anteojos culo de botella, calentara la cama de otro. Un día la vi rápido en el lave-rap, risita va risita viene, con un un bicho submarino bioluminiscente de barba candado, mientras nuestro lavarropa funcionaba como un auto alemán. Pude sentir el corazón latiendo fuerte en mi pecho, pero claro, ¿en que otro lugar puede estar un corazón?

Odio y rayo se hicieron uno. La llevé de las orejas a casa para que me rindiera cuentas contra una pared. Quedaron items sin explicar, pero la noche se acercó sinuosa y todo terminó arrasado por un garche huracanado. Culpa, celos, angustia, deseperación, ¡KBOOM!, así también es el sexo tántrico.

Dicho esto, esa misma semana me mandó al decenso. Regresó a la casa de sus padres y no volvió nunca más, dejando elementos que la siguiente icineró. Me la imagino en un ashram vegetariano o en una célula terrorista, haciendo las tareas que nadie se anima, sin duda lejos, lejos muy lejos.


En 1995 integrantes del grupo religioso Aum Shinrikyo pinchan bolsitas con gas sarin [con la punta del paraguas] dentro del subte de Tokyo. Mueren 7 personas y cientos son hospitalizadas, con espamos, asfixiados, largando espuma rosa por la boca. La secta, tras el atentado rebautizada "Aleph", era manejada por un ciego llamado Asahara Shoko quien valiéndose de un batido de doctrinas orientales e inusual talento para el lavado de cerebros recluta a unos 1000 fanáticos.
Dos cosas no quiero pasar por alto:
1) Los sobrevivientes de los ataques sienten más asombro que resentimiento por Aum , pues "esta gente no vive en este mundo, están en otra dimensión".
2) Impacto dramático del trauma: un sobreviviente le pide al día siguiente del atentado el divorcio a su mujer.

Recién cuando se está al borde de la muerte, uno vislumbra que es lo que quiere en la vida.

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