miércoles, julio 21, 2004

I can't fall in love with cars
 
- Por eso ni fu ni fa si me lo chocan o rayan. Cuando llego a donde lo dejé estacionado en la calle exclamo: "Che, ¿nunca me lo van a robar?". [No creo en el poder del pensamiento positivo]. Soy frío con los autos. No les digo ni mu. Ni siquiera me gusta manejar. Que maneje ella.

- La fragilidad de la reina de la pornografía que deviene conductora infantil. Confusos nombres que se barajaron para su programa "para los más niños": "Trabucodonosor", "Tolerancia Cero" (nombres sugeridos por Podeti para otras cosas).

- Riverito dice que "la estrella son los números". En este punto Riverito y Einstein coincidirían. Riverito se engolosina cuando canta el oooooooooocho que lo catapultó a una fama rolopuentesca por logaritmo de 3,14... (y siguen los números...).

- Rolo Puente me servirá de puente para otra gran historia de las noches célticas porteñas. Con nuestro grupo semiceltoso "Into the White" [abundaré más adelante] esperábamos el comienzo de un gran recital entonándonos con chupi irlandés en un criadero de ratas de San Telmo. El invierno era comparable a lo que se vive más allá de Neptuno. No había un (1) sólo espectador. No había una puta alma espectante. Hasta los fantasmas se habían ido a la mierda a pasear por el Italpark o la Ciudad Deportiva de la Boca. Ya estábamos enfundando violines y dulcimers para irnos a casita a ver el Transnoche Aurora Grundig, cuando ingresa Rolo Puente. La pesadilla se había consumado. Debíamos hacer una performance céltica de una hora y media para un sólo espectador: Rolo Puente.
 
 


Me tomé la libertad de publicar la foto que nuestra lectora valentina amablemente nos envió en la que sale -de coté- con Robert Fripp. He escuchado cosas raras en torno a él. Por ejemplo, el ya fallecido amigo músico violento -y fantasma favorito- Hugo Charles, admirador de King Crimson, dijo que la primera vez que tocaron en Buenos Aires, Fripp aparecía al costado de la banda entre brumas, sin enfrentar al público, dirigiéndolo todo con ademanes mínimos [¿cómo en la orquesta gamelán? el comentario temerario es mio] . Apenas se lo veía y le transmitió algo ominoso, no sé si dijo diabólico.

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