jueves, abril 01, 2004

Nunca en Domingo

Fuimos a Mykonos, Olleros 1752 a festejar una previa de "las 38" de Xx [el agasajado no paga].

El lugar se destaca por su atmósfera [atributo distintivo de la Grecia moderna]. Bailarines intercalan emotivas danzas folklóricas mientras uno se castiga con tzaziki, y brochettes de lomo, cordero, cerdo y langostinos braseados. De postre el clásico baklavá. También hay una catártica rotura de platos para acompañar a los bailarines, un componente del "kefi": la irreprimible expresión de la emoción y el júbilo.

Al igual que la primera vez que experimenté en vivo los disonantes sonidos de una orquesta gamelan en Ubuk, Bali, se me humedecieron los ojos al escuchar el lento crescendo de una canción griega que aparentemente se llamaría "Nunca en Domingo".

"¿Os aconsejo yo el amor al prójimo? ¡Prefiero aconsejaros la huída del prójimo y el amor al lejano!" Friedrich Nietzsche, Así hablaba Zaratustra.



"Desde mi ventana envío
1, 2, 3 y 4 besos.
Y al puerto llegan
1, 2, 3 y 4 pájaros.
Quiero tener
1, 2, 3 y 4 hijos"

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