domingo, marzo 28, 2004

Vanitas vanitatum et omnia vanitas: Vanidad de vanidades, todo es vanidad

Pareciera que entre ser racista o políticamente correcto, no hubiese una gama de semitonos en donde acomodar nuestra escasa originalidad. En otro lugar mencioné que ante la muerte y cremación de religiones y doctrinas políticas uno podía abrazar ideales menos populares como la calidad, la lucidez, la belleza. Pero hay y han habido más.

Los celtas, etnia mitológica (creo que conviene considerarlos un lenguaje) que inspirara en esta época tan tristes egendros como El Señor de los Anillos y Harry Potter [sólo para paladares singularmente pelotudos] consideraban como virtudes a la vanidad y el despilfarro [en las culturas indígenas norteamericanas esto se conoce como potlatch].

Amantes de la bruma, la humedad y los festines dionisiácos [con hidromiel en vez de vino], se lanzaban desnudos contra sus enemigos al grito de: ¡Vamos a cosechar calaveras!.

No creo que precisaran de varita mágica alguna.


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