martes, diciembre 11, 2007

Notamos algo pero no sabemos qué

I. Ethnopharmacology of Ska María Pastora, Salvia divinorum, la miniexperiencia de Daniel Siebert, etnobotánico
"De pronto me encontré en un confuso e inestable estado de conciencia sin idea alguna sobre a dónde habían ido mi cuerpo y para el caso, mi universo... Sabía que algo había salido mal y desesperadamente quería regresar al mundo "real". Buscaba en mi memoria tratando de recordar mi sala. Estaba sentado en ella justo antes. Trataba de recordar la posición de mi cuerpo. Cualquier cosa, sólo algo que me hiciera reconectarme con el mundo "normal". Pero entre más buscaba un pequeño rastro de "normalidad" para aferrarme a él, más se me mostraba otra cosa. En algún punto pensé que lo que había dejado atrás en realidad no existía. Era sólo un sueño efímero… Así es que decidí detener mi pánico y simplemente relajarme. Después de todo no había lugar al cual regresar. Estaba totalmente convencido de que ese estado de conciencia era todo lo que siempre había existido...
De repente me encontré parado en la sala. Los efectos de la sustancia se estaban desvaneciendo. La confusión se disipó y regresé al mundo físico. Miré a mi alrededor feliz de estar de regreso. ¡Pero vi que algo estaba mal! Esa no era mi sala. Era la sala de mis difuntos abuelos maternos. Y estaba amueblada como estaba cuando era niño, no como después lo estuvo. Lo más extraordinario era que era el mundo real, no un recuerdo o una visión. Yo estaba realmente allí, y todo era tan sólido como el sillón en el que estoy sentado ahora. De repente me di cuenta de que aunque me las había arreglado para regresar a mi cuerpo, de alguna manera había terminado regresando a un punto equivocado en la línea temporal de mi existencia física. Estaba convencido de que me hallaba atorado en esta situación y que tendría que continuar mi vida desde este punto en mi pasado. Me invadió el pánico, traté desesperadamente de recordar dónde se suponía que debería de estar. Perdí nuevamente la conciencia de mi mundo físico, y me encontré otra vez sin cuerpo; perdido. Entonces ocurrió de nuevo. Me encontré a mi mismo rearmando mi conciencia en el mundo real. Y otra vez, tan pronto como vi todo con claridad, me di cuenta de que aquella no era mi casa, era la de un amigo mío. Entonces otra vez me entró el pánico y perdí la conciencia
. "

II. Así se mueve una blanca por Lagos

III. The Fascination, el auto del mañana del pasado, con forma de lozange

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