[Click to enlarge]Es otro Día de la Marmota, me despierto a las 11, noo hoy toca afeitarse, prendo el ordenador, confraternizo, negocio, superviso, trabajo un poco, toco el violin, escribo pelotudeces, voy con Nazarena Velez a la procesión de Luján, salgo a correr, cenar, fútbol, mas pelotudeces y a dormir a las 4 am. 2005, año del fruto del bosque.
II. Este horario de dormir de 4am a 11am me resulta natural y eficiente [ya no necesito mis tradicionales "coyotitas" (siestitas)].
III. Foto de turistas queriendo sacarse una foto donde enderezan la torre de Pisa. La universal búsqueda de lo gracioso
[Click to enlarge]Bromas de oficina
IV. Estoy leyendo un artículo de un americano que se quiere mandar en una canoa media estrambótica de Florida hasta Cuba. Algunas personas tratan de detenerlo, ["¿Por qué haces esto?"] y recién lo dejan tranquilo cuando ensaya explicaciones tipo "mi mujer se fue a mudar con mi mejor amigo". Ahora bien, el navegante queda dando vueltas en la zona de los sargassos, no llega a Cuba ni a ningún lado, y empieza a alucinar por sobrexposición al sol y por excesos de sal y mal sueño. Lo interseante es que en el delirio el tipo empieza a dialogar con las velas y con todos los objetos [luego dialoga con las olas] en términos como estos:
Velas: "Bueno, ¿qué más podes hacer?" [hay que pensar que el navegante rompió el timón, y tiene que salir de ese mar porque está medio loco]
Navegante: "Tengo dos velas y un remo"
Velas: "¿Y qué podés hacer con el timón?"
Navegante: "Verlo como se dobla y no voy para ningún lado"
Velas: "Nooo. Tómalo de la parte más gruesa"
Esto soluciona, no sé que problema específico con las olas. En definitiva, las velas, las olas y un montón de cosas más lo van guiando con un método socrático-pasado-por-láudano sobre que es lo que tiene que hacer para salvarse y desde ya se salva.
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