Desencuentro con la cocina francesa
Fuimos con Xx y Mmm a Thymus, Lerma 525, recomendado por ser cocina francesa y porque se "comen flores".
Mis impresiones hay que tomarlas a la ligera teniendo en cuenta que no soy un insider de la cocina francesa ni de la escultura. El personal de mesas no logra disimular su antipatía [o insensibilidad]. Te expulsarán a las 2. La sala tiene mala acústica imperdonable [lo que hablan las otras mesas interfiere con la propia]. Hay excesiva cuadradez en mesas y salas, y las esculturas de Martín Vergara son por así decirlo intrascendentes o hasta cursis.
Pedimos sólo entradas y postres porque hacía calor. Mmm, la más metida en el tema francés acertó con su crème brulée. El carpaccio de Xx, era un poco pretencioso [quizás feo]. Yo pedí yacaré; no encontré gran diferencia con la carne de pollo [esto le suele ocurrir a los improvisados cuando comen carnes exóticas: todo sabe a pollo]. Por suerte la presencia de la sommier salvo la velada con el vino; bueno aunque encarecido injustamente.
Los postres acaso sean el punto alto de Thymus ["tomillo", al entrar nos convidaron con un vino de tomillo, no aprobado por Xx]. Existen demasiados lugares en Buenos Aires donde se come más sabroso por menos plata.
La supervivencia de este restaurant obedece al siguiente axioma [que me diera uno de los pocos profesores de sitar de Buenos Aires]: "[Sobre un problema que tenía mi sitar] "No importa, igual acá nadie entiende nada de nada"
Símbolo de Thymus: El caracol de arriba es un ejemplo de la Divina Proportione en la naturaleza, pero no es el caso del rectángulo que lo encuadra.
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