- la pregunta del hombre común: ¿Si el cantante de INXS se ahorca, si K. Kobain se pega un tiro, yo de donde me tengo que tirar para hacer justicia con mis imperfecciones?
No esperes mucho más que "de panza a la Pelopincho".Tu destino es castigar al mundo con tu pancita reglamentaria y tu caripela jugando al tejo en San Clemente. El Angel de la Muerte, Azrael, no te buscará, se olvidó de tu reblandecida existencia.
Algunas conclusiones apresuradas:
- el whisky se toma sólo o con hielo de agua de Escocia, no con pastillas
- la cocaina: únicamente si la provee Antonio Escohotado. Y con reservas [Chow está hoy en día más cerca del tejo que del LSD]. No me extrañaría que esta chota droga si destruya sistemas neurológicos que se usan para atemperar las reacciones.
- a veces ser apolíneo y exitoso, como Juan Castro o como Michael Hutchence se vuelven una trampa mortal para el deseo. Uno está acostumbrado a salir con las modelos más caras, y el menor revés [hasta el revés de Ricardo Cano] puede tomarse como el fin del mundo. Fin del mundo incomprensible para el que sale a juntar cartones al atardecer. En ese sentido el hombre común está mejor entrenado para recibir patadas en el orto.
La moraleja:
- Con el cerebro no se juega. No se puede meter cualquier cosa ahí como si fuese una coctelera. Uno podrá querer ahorcarse con un cinturón en la ducha de un Hilton con la Herzigova llamando al celular. O querrá cabecear paredes. O hacer clavados desde fríos edificios. Mientras los buitres explotan tu accidente, tu locura, a full.
"Si miras por mucho tiempo al abismo, el abismo te empieza a mirar a tí" F. Nietzsche
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